Billy Crutsinger, un sujeto de Texas (EE.UU.), apuñaló en 2003 a Pearl Magouirk –de 89 años– y a su hija Patricia Syrenat –de 71–, al menos 16 veces. Acto seguido, les cortó la garganta a ambas y escapó con sus tarjetas de crédito y su auto, un Cadillac, informa Houston Chronicle.
Detenido al poco, Crutsinger fue sentenciado a muerte por un jurado el mismo año, luego de confesar el crimen ante pruebas irrefutables de ADN y testimonios de varios testigos que en múltiples lugares lo vincularon a los asesinatos.
Man, 64, executed by lethal injection for stabbing 89-year-old woman and her daughter to death says he will 'miss pancakes' https://t.co/6wGny8Qzh2
— Daily Mail US (@DailyMail) September 5, 2019
Minutos antes de morir ejecutado, Billy Crutsinger recurrió al derecho de pronunciar unas ‘últimas palabras’ para lanzar un discurso de cuatro minutos: dijo, por ejemplo, que «echará de menos los panqueques» y los espectáculos de «viejos tiempos en blanco y negro», porque a dónde iba «todo será en color.»
Como parte de su largo monólogo, el asesino añadió: «Hay muchas cosas que no entiendo, pero el sistema no está del todo bien».
Fue declarado muerto 13 minutos después de recibir una dosis letal de pentobarbital.
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